La Junta Directiva del Banco de la República, en su reunión del 30 de septiembre de 2025, decidió por mayoría mantener inalterada la tasa de interés de política monetaria en 9,25%. La decisión se produce en un contexto de inflación persistente que se ubica por encima de la meta y expectativas al alza, a pesar de un dinamismo económico estable y una votación dividida que evidencia un debate interno sobre el rumbo de la política monetaria.

- La tasa de interés de política monetaria se mantiene en 9,25% por decisión mayoritaria de la Junta Directiva del Banco de la República.
- La votación fue dividida: cuatro directores votaron por mantener la tasa, dos por un recorte de 50 pbs y uno por una reducción de 25 pbs.
- La inflación de agosto se situó en 5,1%, por encima de las proyecciones y de la meta del 3%, siendo el principal argumento para la decisión.
- Las expectativas de inflación de los analistas para 2025 y 2026 se ubican en 5% y 4%, respectivamente, por encima del objetivo del banco central.
- La economía colombiana creció 2,5% en el segundo trimestre de 2025, impulsada por la demanda interna, el consumo y la inversión.
- La decisión mantiene elevado el costo de los créditos para consumidores y empresas en el corto plazo.
La inflación total en Colombia se ubicó en 5,1% en agosto, mientras que la inflación básica sin alimentos ni regulados alcanzó el 4,8%, cifras que superaron los pronósticos del equipo técnico del emisor. Estos datos confirman una convergencia más lenta de lo esperado hacia la meta del 3%, lo que justifica la postura cautelosa adoptada por la mayoría de la Junta Directiva. La persistencia de las presiones sobre los precios es el argumento central para no iniciar un ciclo de relajación monetaria.
Las expectativas de inflación de los analistas económicos refuerzan esta preocupación. Según la encuesta de septiembre, la mediana de pronósticos para el cierre de 2025 se sitúa en 5% y para 2026 en 4%, ambos indicadores por encima del objetivo del Banco de la República. Adicionalmente, las expectativas extraídas de los mercados de deuda pública, un termómetro clave para la política monetaria, también permanecen desancladas de la meta de largo plazo, señalando que los agentes económicos no anticipan un rápido retorno a la estabilidad de precios.
Una junta dividida: la señal de futuros debates monetarios
La decisión del Banco de la República de mantener la tasa en 9,25% se tomó con el voto favorable de cuatro directores, mientras que tres miembros abogaron por una reducción. Específicamente, dos directores votaron por un recorte agresivo de 50 puntos básicos (pbs) y uno por una disminución más moderada de 25 pbs. Esta votación dividida es una clara señal de las diferentes visiones dentro del emisor sobre el balance de riesgos que enfrenta la economía colombiana.
Dinamismo económico contrasta con presiones inflacionarias
La actividad económica en Colombia registró un crecimiento del 2,5% durante el segundo trimestre de 2025, un dato que se alinea con las proyecciones del equipo técnico del emisor. Este desempeño positivo estuvo impulsado principalmente por la fortaleza de la demanda interna. El consumo de los hogares mostró aumentos sostenidos y la inversión experimentó un repunte significativo, especialmente en los rubros de obras civiles y la adquisición de maquinaria y equipo por parte de las empresas.
Este escenario de crecimiento robusto genera un complejo dilema para la política monetaria. Un dinamismo económico fuerte, si bien es positivo para el empleo y la producción, también puede ejercer presión sobre la inflación al aumentar la demanda agregada.
La Junta Directiva debe calibrar cuidadosamente sus decisiones para no enfriar la economía de forma excesiva, pero al mismo tiempo debe garantizar que la demanda no crezca a un ritmo que impida el control definitivo de la inflación.
Impacto de la decisión en el bolsillo de los colombianos y las empresas
La permanencia de la tasa de interés en 9,25% implica que el costo de los créditos de consumo, hipotecarios y empresariales se mantendrá en niveles elevados. Para los hogares, esto significa que las tasas para adquirir tarjetas de crédito, préstamos de libre inversión o financiar la compra de vivienda no presentarán una reducción en el corto plazo. Esta situación puede limitar la capacidad de gasto y endeudamiento de las familias colombianas.
Para el sector empresarial, unas tasas de interés altas encarecen el financiamiento de proyectos de inversión, la compra de inventarios y el capital de trabajo. Aunque la inversión ha mostrado un buen dinamismo, la continuidad de una política monetaria restrictiva podría moderar su ritmo de expansión en los próximos trimestres. La decisión del banco central, por lo tanto, tiene un efecto directo en la planificación financiera tanto de personas como de compañías en todo el país.
El panorama externo: entre la holgura financiera y la incertidumbre global
Aunque las condiciones financieras externas se han tornado más holgadas en las últimas semanas, lo que podría facilitar el acceso a financiamiento para economías emergentes como Colombia, la Junta Directiva advierte sobre riesgos latentes. La incertidumbre sobre los efectos de la política comercial de Estados Unidos y las tensiones geopolíticas a nivel regional y global continúan siendo factores de preocupación que podrían generar volatilidad en los mercados financieros internacionales.
Estos riesgos externos obligan al Banco de la República a mantener una postura prudente. Un endurecimiento súbito de las condiciones financieras globales o un choque externo negativo podría tener repercusiones en la tasa de cambio y, por ende, en la inflación importada. Por ello, la decisión de mantener la tasa de interés también busca preservar un margen de maniobra para responder a eventuales turbulencias provenientes del exterior.

Fuente: Banco de la República