El crash de la bolsa de 1987 fue la mayor caída diaria en la historia de la bolsa norteamericana. El Dow Jones perdió 22.6% de su valor o USD$500 billones en octubre 19 de 1987. Para poder entender porque sucedió esto hay que analizar los antecedentes de esta crisis bursátil.
1986 y 1987 fueron años de un desempeño extraordinario para la bolsa. Estos dos años fueron la extensión de un poderoso mercado al alza que había empezado en 1982. Esta tendencia había sido alimentada por un sinnúmero de adquisiciones hostiles, compras apalancadas y una fiebre de fusiones. Básicamente, las compañías se pelaban entre si para obtener recursos para comprar otras empresas. La filosofía imperante en ese tiempo era que las compañías crecerían exponencialmente simplemente si compraban otras compañías. En las compras apalancadas, una compañía obtenía enormes recursos de capital vendiendo bonos “basura” al público. Los bonos “basura” son bonos que tienen un alto riesgo de no pago y por lo tanto pagan al tenedor una mayor tasa de interés. El dinero obtenido de esta forma, era utilizado para comprar la compañía objetivo. Las ofertas públicas de acciones, o IPO por sus siglas en ingles, también fueron comunes en esta época como fuente de financiamiento para adquisiciones. Una IPO ocurre cuando una compañía vende acciones en el mercado accionario por primera vez. Los”microcomputadores” eran una industria con un crecimiento acelerado y la gente del común empezó a sentir que el computador personal era una herramienta que cambiaría el modo de vida de la sociedad y crearía nuevas oportunidades. Los inversionistas se contagiaron de esta euforia, como ha ocurrido en muchas otras burbujas y debacles del mercado bursátil. Esta euforia hizo creer a la gente, nuevamente, que el mercado crecería por siempre.
A pesar del fuerte crecimiento económico, la SEC fue incapaz de prevenir dudosas IPOs y una proliferación de conglomerados. A comienzos de 1987, la SEC llevo a cabo numerosas investigaciones de transacciones ilegales con información privilegiada. Esto activo una alarma entre muchos inversionistas. Debido al fuerte crecimiento económico, la inflación se convirtió en una amenaza latente, la FED rápidamente incremento la tasa de interés de corto plazo con el fin de controlar la naciente inflación. Esto desafortunadamente afecto el desempeño del mercado accionario. Muchos inversionistas institucionales empezaron a asegurar sus portafolios ante eventuales caídas en el mercado accionario. Esta práctica hace uso extensivo de contratos a futuro: si el mercado cae abruptamente los tenedores de los contratos ganan dinero y compensan las pérdidas generadas por la pérdida de valor de las acciones.
Después de que las tasas de interés empezaron a subir, gran parte de los inversionistas institucionales empezaron a utilizar este mecanismo de aseguramiento…todos al mismo tiempo. En minutos los mercados de futuros estaban recibiendo billones de dólares, generando que el mercado de futuros y el bursátil colapsaran. Adicionalmente, esto genero una ola de ventas entre los inversionistas que no estaban asegurados. El mercado no pudo manejar tal cantidad de órdenes de ventas y muchas personas no podían vender porque simplemente no había quien les comprara.
En un solo día, USD$ 500 billones se evaporaron del índice Dow Jones. Los mercados alrededor del mundo colapsaron de igual forma. Cuando los inversionistas del común oyeron del crash bursátil, se apresuraron a llamar a sus comisionistas, lo cual hizo colapsar el sistema. Muchos perdieron millones instantáneamente. Algunos inversionistas mentalmente inestables fueron a las oficinas de sus comisionistas y empezaron a disparar. Varios murieron, aunque la culpa no era de ellos. Muchos de los inversionistas no sabían por que vendían, solamente actuaban así porque los demás también lo hacían. Este comportamiento irracional llevo a que la caída fuera así de profunda. Finalmente, varios mercados de futuros fueron cerrados por el resto del día.
Al poco tiempo que estos eventos empezaron a ocurrir, la FED intervino: redujo las tasas de interés con el fin de prevenir una recesión y una crisis bancaria. Para sorpresa de todos, los mercados se recuperaron rápidamente de esta debacle bursátil. A diferencia del crash de 1929, el mercado retomo su tendencia al alza nuevamente. Esta recuperación estuvo impulsada por la recompra de acciones por parte de muchas empresas, que ahora veían un buen precio de sus acciones. Adicionalmente, el índice Nikkei del mercado japonés empezaba una fuerte tendencia al alza. Esto ayudo a impulsar aún más el mercado norteamericano y llevarlo a nuevos máximos históricos. Este crash bursátil genero nuevas medidas en las bolsas norteamericanas con el fin de evitar caídas verticales como las ocurridas ese día. Se implementaron circuitos automáticos que detienen toda transacción si el mercado cae demasiado rápido.
Nuevamente las similitudes entre todos los crash bursátiles es asombrosa. Pareciera que después de todas estas crisis, la gente aprendería a evitarlas. Pero esto rara vez ocurre y, por supuesto, esto es lo que hace que el dinero inteligente se lucre de la irracionalidad de la mayoría.