La Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría, en su última reunión del año el 19 de diciembre de 2025, mantener la tasa de interés de política monetaria en 9,25%. La decisión se produce en un escenario complejo donde, a pesar de una leve baja en la inflación de noviembre (5,3%), el emisor enfrenta un crecimiento del PIB superior al esperado (3,4%), expectativas de inflación al alza y una nueva incertidumbre fiscal por la no aprobación de la Ley de Financiamiento.

- La tasa de interés se mantiene en 9,25% por decisión mayoritaria en la reunión de diciembre de 2025 del Banco de la República.
- La inflación de noviembre bajó a 5,3% desde 5,5% en octubre, pero las expectativas de inflación a uno y dos años aumentaron.
- El PIB del tercer trimestre creció 3,4%, superando el pronóstico del 3,0%, con una expansión del consumo del 5,6%.
- La no aprobación de la Ley de Financiamiento generó una nueva incertidumbre fiscal para el presupuesto de 2026.
- El déficit de cuenta corriente se amplió a -2,4% del PIB, frente al -1,5% del año anterior, debido al aumento de las importaciones.
- La votación de la junta volvió a estar dividida: 4 directores votaron por mantener, 2 por recortar 50 pbs y 1 por bajar 25 pbs.
- Las condiciones financieras externas siguen siendo favorables, con la tasa de interés de EE. UU. en un rango de 3,5% a 3,75%.
La inflación total en Colombia descendió a 5,3% anual en noviembre desde el 5,5% de octubre, aunque las expectativas de inflación a uno y dos años aumentaron, según el Banco de la República. Si bien la moderación del índice de precios es una señal positiva, el nivel se mantiene por encima del observado a finales de 2024. La inflación básica, que excluye alimentos y regulados, mostró una mejoría al ubicarse en 4,9%, por debajo del 5,2% con que cerró el año anterior.
El principal foco de preocupación para la junta directiva es el comportamiento de las expectativas futuras. El comunicado oficial subraya que las proyecciones de inflación a uno y dos años se incrementaron en mayor medida que la inflación observada. Este desanclaje de las expectativas es una señal de alerta para el banco central, ya que puede generar una inercia inflacionaria difícil de controlar si los agentes económicos incorporan mayores precios en sus decisiones de salarios y consumo.
El crecimiento del PIB sorprende al alza e impulsa la demanda interna
La economía colombiana creció un 3,4% anual en el tercer trimestre en su serie desestacionalizada, superando significativamente el pronóstico del 3,0% que tenía el equipo técnico del banco. Este dinamismo inesperado estuvo impulsado por la fortaleza de la demanda interna. El consumo total se expandió a una robusta tasa del 5,6% anual, lo que demuestra que los hogares y el sector público mantienen un alto ritmo de gasto.
Este escenario de crecimiento económico vigoroso, si bien es favorable para el empleo y la producción, ejerce una presión alcista sobre los precios. Una demanda agregada fuerte frente a la capacidad productiva del país tiende a generar inflación. Por esta razón, la sorpresa en el dato del PIB refuerza la postura cautelosa de la mayoría de la junta, que busca evitar estimular aún más una economía que ya opera a un ritmo elevado.
La no aprobación de la Ley de Financiamiento añade incertidumbre fiscal
Un nuevo factor de riesgo interno surgió con la no aprobación de la Ley de Financiamiento, una decisión que, según el comunicado del banco, demanda acciones del Gobierno Nacional para equilibrar el Presupuesto General de la Nación en 2026. La ausencia de esta ley crea un vacío en las fuentes de ingresos del gobierno, generando incertidumbre sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas a mediano plazo.
Para la política monetaria, un desbalance fiscal puede tener consecuencias inflacionarias. La incertidumbre puede afectar la confianza de los inversionistas, presionar la tasa de cambio al alza y aumentar las primas de riesgo del país. La junta directiva, al señalar este hecho, reconoce que la política fiscal y la monetaria están interconectadas y que la falta de claridad en las cuentas del gobierno exige mayor prudencia desde el banco central.
Déficit de cuenta corriente se amplía por fortaleza de las importaciones
El déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos se amplió a -2,4% del PIB en el tercer trimestre, un deterioro significativo comparado con el -1,5% del PIB registrado en el mismo periodo de 2024. Este desbalance externo es una consecuencia directa del fuerte dinamismo de la demanda interna. El crecimiento del consumo y la inversión está impulsando las importaciones de bienes, mientras que el ritmo de las exportaciones no logra compensar esta salida de divisas.
Este comportamiento es un síntoma clásico de una economía que gasta más de lo que produce. Mantener la tasa de interés en un nivel restrictivo es una de las herramientas del banco central para moderar la demanda interna, lo que a su vez debería ayudar a corregir gradualmente el desequilibrio en la cuenta corriente y reducir la vulnerabilidad de la economía a choques externos.
Una junta directiva dividida por tercera reunión consecutiva
Por tercera reunión consecutiva, la decisión fue tomada por una mayoría dividida: cuatro directores votaron por mantener la tasa en 9,25%, mientras que dos abogaron por un recorte de 50 puntos básicos (pbs) y uno por una baja de 25 pbs. Esta persistente división refleja las diferentes ponderaciones que los miembros de la junta le asignan a los riesgos actuales.
La mayoría que votó por la estabilidad prioriza el control de la inflación y las expectativas, especialmente ante la sorpresa del crecimiento del PIB y la nueva incertidumbre fiscal. La minoría, por su parte, probablemente considera que el nivel actual de la tasa de interés ya es suficientemente contractivo para asegurar la convergencia de la inflación y podría estar más preocupada por el impacto de las altas tasas en la actividad económica futura.
Fuente: Banco de la República